martes, 11 de mayo de 2010

“Análisis de la influencia de Hegel y Schmitt en la Constitución de 1980”


Decreto Ley 3.469: el antifaz democrático en Chile


Desde la antigüedad la libertad del hombre se ha visto coartada a partir del momento en que las demás libertades privan el derecho a ser libre, impidiendo de manera natural un caos en el núcleo social. También el poder político se ha limitado mediante leyes establecidas en constituciones escritas que regulan y ponen orden al sector público, incluso el poder constituyente o poder absoluto se limita en el qué hacer y qué ser. De esta manera aquella paradoja se reduce a que realicemos un análisis entre el poder y la política en los distintos tipos de gobiernos, esencialmente en Chile a partir de la dictadura de 1973 y el predominio de ideólogos en la creación de una Constitución con gran influencia conservadora y falta de legitimidad. Así Carl Schmitt postula la fundamentación moral y jurídica de la Constitución de 1980, declarando incluso que no es necesario que sea democrática, es más señala que los poderes de facto son suficientes para generar norma.

Es así como Schmitt considera que el caos y la violencia que ejerce algún gobierno de facto tiene de cierto modo un “germen” de derecho, es decir que no es lo mismo ser ciudadano de un país en donde existe una fuerte constitución militarizada, aunque esta no sea democrática, que estar en un país sin ella. Aquel pensamiento llevó a ideólogos de la Constitución como Jaime Guzmán a tener un buen fundamento para legitimar la Comisión Ortúzar y el poder constituyente que finalmente dieron origen a la Constitución de 1980 en nuestro país.

Resulta paradójico entender que el poder constituyente no siempre se encuentra bajo los parámetros de dictadura y tiranía, más bien aquellos conceptos se diferencian dependiendo del tipo de gobierno y de quién controle el poder. Debido a que la base de la tiranía es la violencia por ende se deduce que es la negación ante el poder, a lo que Fernando Atria explica que “no hay, entonces, oposición entre constitucionalismo y dictadura, aunque hay oposición entre constitucionalismo y tiranía. En realidad, lo que se sigue es más categórico: que hay oposición entre derecho y tiranía como no hay entre derecho y dictadura. Que no haya oposición entre constitucionalismo (derecho) y dictadura no quiere decir que debamos celebrar las dictaduras (esta lectura del argumento de este capítulo debe ser sistemáticamente rechazada). Lo que quiere decir es que el derecho (la constitución) supone la dictadura, al menos como posibilidad eventual. Negar la implicación recíproca de constitución y dictadura es perder de vista la contingencia de la comunidad política. Esta ceguera a ese momento es característico del liberalismo.”

De esta manera el liberalismo se ve corrompido por las críticas del pensamiento schmittiano, debido a que el ser político nace con el fin de rebatir lo antipolítico, que para Schmitt reside en un pensamiento liberal, no solo ignorando la política en su esencia, sino que también cuestiona la relación entre la economía y la ética, que más bien la define como “la negación de la política” señalando que se rigen bajo la estricta competencia entre socios, el mercado y la verdad sobresaliente de libres debates. Es así como la dictadura para Schmitt es el canal que conduce a la unidad popular, si bien rechaza el pensamiento liberal, no toma una postura antidemocrática. Cree en la libertad de los hombres que se ceden a una entidad mayor a cambio de protección y derecho a partir de leyes específicas que mantengan una norma y una fuente de legitimidad.

Sin embargo aquella legitimidad no se vio reflejada en nuestro país a partir de 1973, debido a la abruta ruptura de la Constitución de 1925, ya que la legitimidad no residió del pueblo sino que derivó de la misma junta militar. Así lo explica Renato Cristi cuando señala que “los dos momentos álgidos de la nueva configuración constitucional

quedan consignados en una declaración formal de Guzmán en 1975, donde afirma taxativamente que la Constitución del 25 ha muerto, y en la declaración de los juristas de la Universidad Católica, con ocasión del plebiscito de 1980, que expresamente le confieren el Poder constituyente originario a la junta militar. Esta declaración, que también firma Guzmán, reconoce que el plebiscito del 80 no restaura la legitimidad democrática en Chile.” Sin embargo tal situación es temática de debate para Fernando Atria quien argumenta que “Cristi cree que la actuación del pueblo puede ser contrastada con la actuación de la junta, de modo que podemos concluir que fue la junta y no el pueblo el que actuó en 1973. Pero lo que Cristi pierde de vista es que precisamente el momento en que empezamos a hablar de la expresión extrainstitucional del pueblo perdemos lo que las instituciones facilitan y tornan no-problemático que es, como hemos visto, la identificación del pueblo y las condiciones de imputación a él de una voluntad. Por consiguiente, la acción extrainstitucional (constituyente) del pueblo será siempre por interpósita persona, es decir, será siempre mediada por alguien que se arroga la representación del pueblo, tal como de hecho lo hizo la junta en 1973. El pueblo en momentos de normalidad tiene la forma que le da el derecho, mientras que en momentos excepcionales (o constitucionales, al decir de Ackerman) carece de forma. Como carece de forma, la identificación del pueblo en esos momentos es una cuestión política, partisana: apoyar a la junta de gobierno en 1973 significaba creer que ella actuaba a nombre del pueblo mientras que estar contra ella significaba creer, con Cristi, que ella había usurpado el poder del pueblo.”

A pesar que la Constitución de 1980 fue modificada por el presidente Ricardo Lagos, los cambios no fueron drásticos, por lo cual Chile sigue rigiéndose bajo parámetros de una inicial ideología conservadora, un ejemplo de ello es el artículo 24 del decreto ley Nº 20.050 el cual señala que “El gobierno y la administración del Estado corresponden al Presidente de la República, quién es el Jefe de Estado”. A esto se le puede agregar la crítica realizada por Roberto Garretón en el diario El Clarín mencionando que “la Constitución actual no otorga rol alguno al Estado como promotor del bien común y del respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales. Estas funciones las delega en los mercados. Tampoco reconoce la pluriculturalidad de nuestra sociedad, ni se interesa en las limitaciones de las personas que sufren discapacidad. Mantiene la discriminación a los chilenos que la dictadura expulsó de Chile para impedirles la ciudadanía. Todos los intentos de los Gobiernos constitucionales de otorgar el voto a chilenas y chilenos radicados en el exterior, han fracasado por oposición de los parlamentarios pinochetistas.”

 

Por otro lado Georg Wilhelm Friedrich Hegel, postula un modelo de poderes constitucionales que distribuye las competencias entre los distintos organismos, sin perjuicio de la existencia de un “monarca” el cual concentre atribuciones generales y específicos como facultades otorgadas por el mandato del pueblo; es más creen en la efectividad del principio de un gobierno monárquico que compromete el liberalismo político como base de la soberanía popular. Lo cual contribuye al fuerte presidencialismo en nuestra Constitución, es decir en oposición a regimenes parlamentarios.

La República en Chile menciona la postura de Hegel frente a la monarquía, afirmando su complicidad de cierta manera con la idea de absolutismo político, ya que el ideólogo señala que la unidad del Estado debe sólo estar representada por un monarca y por el poder del pueblo, que se manifiesta como una “multitud de individuos dispersos”, a lo que Ortega y Gasset llamaría las “masas.” Debido a que sus intereses no se basan en una entidad concreta, más bien se concentran en la acumulación de demandas sin saber qué realmente desean. Es por esta razón que el pensamiento del contractualísta Hobbes reside en los postulados tanto de Hegel y Schmitt al mencionar que el pueblo debe otorgarle soberanía a quienes los representan. Es por esta razón que aquel liberalismo hegeliano se vuelve paradójico en la medida que apoya el autoritarismo como ente regulador social, ya que si bien intenta proteger la propiedad privada de los individuos, propio de un pensamiento liberal, también defiende la monarquía como ente racional y regulador de la sociedad, a diferencia de Schmitt, quien critica el liberalismo como se mencionó anteriormente. De esta manera lo que postula Hegel queda plasmado en el tercer capítulo de nuestra constitución a partir del artículo 19 del decreto Ley Nº 19.611 que postula los deberes y derechos de los ciudadanos ante la ley. Así todo se reduce a la voluntad general, como base de la democracia. Sin embargo aquel poder popular no tiene distinción entre el Estado y el pueblo, sino mas bien el pueblo pasa a formar parte de un todo para el pensamiento hegeliano, es decir toda entidad política conforma el poder, a pesar de que el poder se basa en su planteamiento de distribución de competencias. Es por esta razón que su visión se inclina a la separación de poder y las distintas atribuciones de ordenamiento, control y regulación sociopolítica guiada por la racionalidad, ya que aparentemente “el pueblo carece de capacidad de saber lo que la razón quiere”

Aquella esfera política se mueve entre parámetros reducidos, que independiente de los colores políticos e ideologías pretenden controlar el comportamiento social mediante leyes reguladoras, de esta manera el orden queda estrictamente regido mediante constituciones que finalmente resultan ser un simple antifaz a favor de los derechos ciudadanos, que sin embargo es el escudo que esconde los intereses de los gobernantes que tienen en sus manos el poder. Aquella prometedora democracia chilena, es un claro ejemplo de le ilegitimidad política que existió y existe en nuestro país, de lo contrario el triunfo del NO abría modificado rotundamente la Constitución de 1980, así como en su eventual momento Jaime Guzmán afirmó que “la Constitución del 25 había muerto”, pero ¿por qué no sucedió lo mismo con el Decreto Ley 3.469?

jueves, 15 de abril de 2010


El éxito teatral "Baraka" aterrizará en Chile

La obra argentina, dirigida por Javier Daulte y protagonizada por Darío Grandinetti, durante cinco días levantará el telón del teatro Nescafé de las Artes a partir del 2 de junio.


La obra "Cloaca"escrita por la holandesa María Goos, llegó a las tablas argentinas en su versión en español "Baraka", dirigida por Javier Daulte y protagonizada por Darío Grandinetti y próximamente aterrizará en junio a nuestro país para deleitar al público durante cinco días de funciones en el teatro Nescafé de las Artes ubicado en la comuna de Providencia.

La puesta en escena de cuatro de los actores más connotados del teatro argentino, Juan Leyrado, Hugo Arana, Jorge Marrale y Darío Grandinetti, revivirá aquella mirada femenina sobre el universo íntimo de los hombres, mezclando momentos de humor con escenas de fuerte carga dramática.

La obra nos muestra la historia de cuatro amigos que se reúnen después de muchos años, en donde Pedro es el personaje principal, un solitario empleado municipal que ha cometido un robo, el cual provoca el desarrollo de las personalidades de Juan, Tomás y Martín a lo largo de la historia: un ambicioso político, un director teatral que atraviesa por una crisis amorosa, y el último, que reconoce no haber aprovechado las oportunidades que le dio la vida.

martes, 1 de diciembre de 2009

PARA EL 2010 LA PARIDAD DE BACHELET SERÁ SÓLO UNA UTOPÍA



Será difícil que se logre establecer una paridad de géneros en las presidenciales de este año, ya que si bien la presidenta Michelle Bachelet dio el primer paso para solucionar la desigualdad entre mujeres y hombres, siendo una de sus promesas más simbólicas, la cual se fue perdiendo durante sus cuatro años de Gobierno; no logró imponer su voluntad de equidad como prioridad para los candidatos a la presidencia del año 2010.

Es así como el candidato de la Coalición por el Cambio, Sebastián Piñera; como prerrogativa propone en su programa de Gobierno 75 compromisos, de los cuales el apoyo hacia la mujer se encuentra en el número 31. De esta manera es evidente que resultará difícil que se logre concretar aquella emancipación femenina por la que ha luchado nuestro género y debo mencionar que si bien, de cierta manera concuerdo con la ex ministra del Sernam, Laura Albornoz al decir que “si la derecha gana, no habrá avances para la mujer”, también discrepo de dicha afirmación. Debido a que la presidenta dejó claramente establecido que es mucho más fácil prometer que cumplir. Es así como al ingresar al comando de Eduardo Frei con la finalidad de adherir el voto femenino al candidato de la Concertación, sólo están prometiendo seguir trabajando por la equidad de género, sin embargo en el caso que Eduardo Frei salga electo presidente ¿se logrará finalmente concretar la paridad de géneros?
Las propuestas que han dado los candidatos son bastante similares, sin embargo la única ventaja que se le otorga a Frei, es que tiene el apoyo de esas gentes que aprueban el gobierno de Michelle Bachelet.

Resulta difícil que seamos las mujeres una de las temáticas primordiales, no solo para la sociedad; sino y sobre todo para la política, sin embargo un proceso que ha tardado tanto tiempo, es casi imposible que se logre concretar en cuatro años.

Desde los primeros cincuenta años del siglo XX la mujer chilena ha luchado por superar la tradición de su rol en el hogar, reivindicando sus derechos mediante un proceso aún inconcluso que pretende integrar a la mujer no solo al mundo laboral, sino que también cultural y sobre todo poder obtener cada vez una mayor participación en la política nacional. Sin embargo el rol que han logrado obtener las mujeres en la actualidad, quizás no sería el mismo sin la motivación y presencia de la anarquista española, Belén de Sárraga en el año 1913. Que cautivó a través de su discurso feminista, liberal y anticlerical a la población femenina del norte de nuestro país. De esta manera la mujer comenzó a tomar un mayor protagonismo e incluso se crearon partidos políticos como el Partido Demócrata Femenino hacia 1924 aproximadamente, para luego alcanzar el derecho a sufragar. Con los años se logró ocupar cargos políticos hasta que por primera vez una mujer gobernó el país siendo agnóstica y separada, lo cual desde un comienzo espantó al sector conservador de nuestra sociedad y quizás fue una de las principales travas para poder aprobar aquellas leyes que beneficiarían el desempeño laboral femenino.

Es así como un estudio realizado por la CEPAL muestra que una de las dimensiones que explica la pobreza relativa de las mujeres por razones de género es “la dimensión estructural de la pobreza relativa de las mujeres”, la cual indica que la división sexual del trabajo que asigna a las mujeres el espacio productivo privado, mientras que a los hombres se les asigna el espacio productivo público, se considera un determinante estructural que diferencia ambos géneros, esta división sexual no solo tiene como consecuencia repercusiones físicas para el género femenino, sino que también psicológicas; debido a que un gran porcentaje de mujeres realizan un trabajo al cual le dedican una gran cantidad de horas, sin ser remunerado.
Si volteamos la moneda, sólo uno de cada cuatro funcionarios públicos con los cien mejores salarios es mujer, es decir de los cien cargos mejor remunerados en el Ejecutivo, hay solamente 23 mujeres. Además del porcentaje de funcionarios que ganan sobre los tres millones de pesos, sólo un 29 por ciento son mujeres. De esta manera la brecha de sueldos y de cargos entre el sexo femenino y masculino sigue manteniéndose alta, el sueldo de la mujer es aproximadamente un 22 por ciento menos que el del hombre.

Y es así como cuatro representantes del género masculino se presentan a la presidencia para el año 2010, en un país que a pesar de los años sigue teniendo un perfil conservador y machista, en donde el abanico de posibilidades para la mujer no se ha podido abrir completamente. Es así como por ejemplo el candidato de la izquierda, Jorge Arrate; a pesar de querer democratizar el poder, si bien en su programa se menciona la protección de los derechos humanos, en ningún momento se encuentra el derecho de la mujer como punto importante dentro de su programa de Gobierno. Y así mismo podríamos analizar la posición del díscolo Marco Enríquez Ominami, que si bien en alguna oportunidad dijo que “es valorable y destacable el avance que ha significado la implementación de la política de paridad en el ejecutivo por la Presidenta Bachelet, sin embargo, este avance no ha perneado a los partidos políticos que siguen sin incluir a las mujeres en sus listas para cargos parlamentarios” es uno más de aquellos discursos que intentan abarcar temáticas sin un transfondo sólido, debido a que se ha dejado influenciar por el deseo del poder, dejando de lado aquel discurso que en un comienzo marcaba la diferencia… ahora podríamos decir que es casi un “clon” del señor Sebastián Piñera; y si prometen soluciones para las mujeres, ¿dónde están las representantes femeninas en sus respectivos comandos?.. Si no hay féminas que resalten en su desempeño durante las campañas presidenciales, difícilmente lo habrá cuando estén en el Gobierno… y finalmente queda cuestionarse ¿se solucionará la paridad de géneros o será sólo una utopía?

jueves, 9 de julio de 2009

Tema Examen: Arte callejero

Los artistas se toman la capital de Chile

LA CALLE, UN LIBRO LLENO DE ARTE

Cada día un gran número de personas se exponen en los espacios públicos, mostrando aquellos talentos que los ayudan a sobrevivir en este mundo capitalista, en donde muchas veces el consumismo sobrepasa los límites impidiendo de esta manera una demanda ascendente para el arte chileno.



A pesar de los años que han transcurrido, el arte ha logrado encantar a cada una de las partes que en conjunto dan vida a aquel puzzle que conocemos como sociedad.

Sin embargo en nuestro país la vida de un artista requiere cada día de más esfuerzo, derribando aquellos obstáculos que la población se ha encargado de construir inconcientemente, debido a que si bien somos receptores de la expresión artística, no valoramos el trabajo que hay detrás al momento de pagar.

Es así como las calles de Santiago de Chile se encuentran adornadas por aquellos personajes que buscan expresar de alguna forma su arte, consiguiendo de esta manera una remuneración económica, que los hace libres sobrevivientes de la sociedad.

Sin embargo resulta paradójico que este arte plasmado en las calles muchas veces se trasforme o más bien sea criticado como vandalismo, como el graffiti, debido a que se encuentran plasmados en espacios públicos.


Plaza de Armas se ha vuelto un lugar apto para caricaturistas

que atraen a un gran número de personas.


Cuadros ocupando la técnica
"óleo sobre tela"




Músicos expresan su arte en Plaza de Armas







Arte circense en la comuna de Pirque



Tercer encuentro de arte circense en Pirque, esta vez la
demostración artística inició en las calles de la comuna
de Puente Alto hasta llegar al sector rural de Santiago.





Malabaristas realizan una demostración jugando
cada uno con cinco clavas blancas.





Todos los domingos el Parque Forestal es el centro de encuentro
para un número ilimitado de malabaristas.


Al ocultarse el sol, comienza una noche de llamativas
demostraciones artísticas utilizando fuego.


Atrás del Museo Bellas Artes, se forma un pequeño escenario
entre las llamas en movimiento, en donde distintos personajes
muestran sus habilidades.



Los muros pintados se vuelven llamativos cuadros, cuando
jóvenes plasman su arte denominado graffiti.




El graffiti es una faceta artística que realizan jóvenes
pertenecientes a la tribu urbana conocida como “Hip-Hop”


Para algunos son rayas que ensucian la belleza urbana, para
estos jóvenes es un arte que se llama “Tag” o “firma personal”


El arte callejero puede transformarse en vandalismo cuando se
realiza en exceso sobre el servicio público.

sábado, 27 de junio de 2009

jueves, 4 de junio de 2009